Se espera que allí podría retomar las conversaciones para negociar un nuevo acuerdo.
A pocos días de un vencimiento de deuda por US$ 1.300 millones, el ministro de Economía, Luis Caputo, viajará a Washington para reunirse con funcionarios del FMI.
La novedad se produce mientras el equipo económico sigue explorando financiamiento por US$ 15.000 millones del Fondo Monetario y fondos extranjeros, que podría acelerar la salida del cepo cambiario.
El próximo martes vencerá un pago con el organismo multilateral en un contexto de mayor demanda de divisas para el pago de importaciones e incertidumbre sobre los próximos pasos para salir del cepo.
Se trata del primer vencimiento de capital desde que el ministro de Economía reanudó el acuerdo caído con el Fondo a fines de enero último, cuando la Argentina recibió US$ 4.700 millones.
Ese mes canceló compromisos por US$ 2.400 millones con varios organismos y en febrero otros US$ 2.000 millones, la mitad de los cuales fueron a la CAF (Banco de Desarrollo). A mediados de abril, habrá que pagar otros US$ 640 millones al FMI.
Tras recibir la semana pasada al director del departamento del Hemisferio Occidental del Fondo, Rodrigo Valdés, Caputo viajará a las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial, que se celebrarán desde el lunes 15 de abril hasta el domingo 20 en las sedes de ambos organismos en Washington.
La economía se encuentra en un momento bisagra marcado por la expectativa en el ingreso de dólares de la cosecha gruesa en los próximos 15 o 20 días y por la finalización del cupo vigente a las importaciones.
Esas restricciones permitieron al Banco Central comprar US$ 11.000 millones y reducir las reservas netas negativas a US$ 5.000 millones (descontando los pagos del Bopreal en los próximos 12 meses), según cálculos del JP Morgan.
A partir de generar nueva deuda comercial, ese esquema permitió diferir el pago de importaciones en cuotas (del 25% en enero, 50% en febrero, 75% en marzo y el 100% en abril).
Eso significa, según fuentes oficiales, que a partir del 13 de abril se habilitará por primera vez el pago de todas las importaciones, lo que podría demandar unos US$ 3.000 millones en medio de las discusiones sobre cómo pasar de un programa de shock a un plan de estabilización.
En el horizonte más inmediato, Caputo tiene pendiente revisar las tasas y avanzar en el desarme del cepo.
El ministro se comprometió con el FMI a presentar una nueva política monetaria a fines de abril y “resetear” las restricciones cambiarias en junio.
El Fondo ve demasiado bajo el nivel de tasas, una medida que sigue licuando ingresos y ahorros en pesos y profundiza la recesión, según un consultor que se reunió con Valdés.
El funcionario fue recibido la semana pasada por Milei, Caputo y Santiago Bausili. No solo pidió “calibrar” en forma adecuada los controles cambiarios, apoyar a los segmentos más vulnerables de la población ante la magnitud del recorte del gasto y avanzar en un ajuste de “calidad”. Según fuentes al tanto de las conversaciones, el chileno también vino a evaluar la posibilidad de nuevo financiamiento, algo que aún sigue en veremos.
El ministro respondió a los reclamos de Valdés con el anuncio de una nueva fórmula jubilatoria. Y descartó una salida inminente del cepo, pese a las presiones de exportadores, fondos comunes de inversión y empresas de servicios.
El objetivo del gobierno es seguir acumulando reservas y bajando la inflación, una tendencia que en marzo se complicará pese a la “licuadora”, el golpe a los bolsillos y el ancla sobre el dólar.
La mejora del clima financiero atrae a bancos y fondos extranjeros, aunque aún no parecen dispuestos a abrir la billetera.
Su interés pasa por los bonos soberanos y por si el Gobierno pagará con reservas o reestructurará la deuda en caso de no poder acceder a los mercados a inicios del 2025.
En otras palabras, quieren saber si alcanzarán los dólares para salir de la recesión o se profundizará el “freno” para ahorrar divisas en importaciones.